Los detectores de humo salvan vidas

Los incendios son un peligro constante cuyas consecuencias pueden ser muy graves (sufrir quemaduras, perder la vivienda o propiedad, e incluso la vida).

Un pequeño incendio puede ser un gran riesgo, debido a los gases que produce. Las casas modernas están equipadas con muebles y objetos fabricados con materias plásticas, que emiten gas muy tóxico al incendiarse.
Para lograr acabar con el peligro que estos incendios domésticos suponen, nada mejor que la colocación de detectores de humo en lugares estratégicos del hogar, que actuarían detectando el humo en el momento de producirse y emitiendo una señal de alarma perfectamente audible por los ocupantes de la casa.

Hay  en  el  mercado  una  amplia  gama   de  detectores  de  humo,  tanto   del tipo  autónomo (atornillados  al  techo  y  que  no  necesitan  de  un  sistema de alarma  más  sofisticado) como de  los que  van  integrados  en  el  sistema  de seguridad contra robo e incendio de la vivienda.

EL LUGAR IDEAL PARA LA INSTALACIÓN DE DETECTORES DE HUMO

Dado que  la  tendencia  del  humo es  a  ascender,  los  detectores deben  ser colocados  idealmente  en el  techo  o,  alternativamente,  en la  pared,  a  una distancia de entre 15 y 30 cm. del techo.

En  casas  de un  solo  nivel  o viviendas  tipo  piso lo  ideal  es  colocar  su detector de humo en un pasillo o sala cercana a la zona de dormitorios.

En viviendas de más de un nivel, si solamente posee un aparato de detección de humo, es recomendable colocarlo en el pasillo, entre la zona de dormitorios y las de más alto riesgo de incendios (por ejemplo, la cocina o el salón). Una posición ideal será el techo del hueco de las escaleras hacia los pisos superiores. Cuando disponga de más de un detector, coloque uno en cada piso y sala de entrada a los dormitorios.

Para lograr la máxima protección, coloque un detector de humo en cada habitación, dando prioridad a los salones, donde la probabilidad de incendio por la noche es mayor. Es aconsejable colocar uno en aquellos dormitorios en los
que se usen aparatos eléctricos o cuyo ocupante sea fumador.

DÓNDE NO COLOCAR DETECTORES DE HUMO

Se debe evitar colocar detectores de humo en aquellas áreas donde las condiciones de los cuartos puedan interferir en el mecanismo de los detectores de humo, causando falsas alarmas. Esto puede ocurrir en: baños y cocinas (por el vapor del agua o el humo producido al cocinar), garajes (no instalar detectores del tipo fotoeléctrico, por el humo del tubo de escape del coche), cámaras de frío y cuartos de calderas (por llegarse a temperaturas extremas que pueden afectar al detector), cerca de algunos electrodomésticos (como salidas de aire acondicionado y salidas de aire caliente, que pueden desviar el humo fuera del alcance de los detectores) y puntos de luz fluorescente (desaconsejado para detectores de humo fotoeléctricos).

CONSEJOS PRÁCTICOS

Son consejos prácticos que todo el mundo conoce por la lógica que ellos encierran, pero que no todos llevan luego a la práctica; por ello, vamos de nuevo a recordarlos:

  •  Mantener las cerillas y encendedores fuera del alcance de los niños.
  •  No fumar en la cama.
  •  No dejar que se caliente demasiado el aceite para cocinar y tener cuidado con las llamas de las cocinas de gas.
  • Intentar tener extintores a mano, para poder hacer uso de ellos en caso de necesidad.
  •  Dar espacio a la salida de los calefactores y similares, no cubriéndolos con toallas o ropa.
  • No conectar demasiados electrodomésticos en un solo enchufe.
  •  Usar los fusibles correctos.
  • No instalar cables eléctricos usados o en malas condiciones de seguridad, si llevarlos por debajo de alfombras.
  • Instalar detectores de humo.
  • Pensar y practicar un plan de escape o evacuación ante un posible incendio.
  • Guardar los líquidos inflamables en lugar seguro.